Si el pasado 6 de junio era el Día de la Música y hoy es el día del Músico, ¿Acaso están disgragadas por sexos las celebraciones en este artístico colectivo?. Sabía que sí son clasistas (yo soy de percusión y tu de cuerda y ese 'cochino' de viento), que hablaban en clave (de sol, de fa), que los había enchufados (el intérprete de triángulo), pero este apartheid de género no lo creía posible.
Afortunadamente, parece que la dualidad de celebraciones se debe no sólo a que se lo montan bien (eventual doblete festivo en el convenio colectivo), sino a que si en junio celebraraban (conjuntamente músicos y músicas) el resultado de sus quehaceres como tal (esto es la asexuada música), hoy se celebra la Patrona de los Músicos/as, Santa Cecilia.
Dígase de paso que dicha Santa y la antes comentada sexualidad/asexualidad tienen un curioso rerefons. Según wikipedia y las Actas de santa Cecilia, Cecilia había sido una virgen de una familia senatorial romana de los Metelos, que se había convertido al cristianismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano, Valeriano (Valerius). Cuando, tras la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella se había desposado con un ángel que celosamente guardaba su cuerpo; por consiguiente, Valeriano debía tener el cuidado de no violar su virginidad. Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la Vía Apia dónde debía encontrarse con el obispo Urbano (papa).
El diálogo, según la tradición, transcurrió así:
Cecilia: Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.
Valeriano: Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.
Cecilia: Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel.
Cecilia: Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.
Valeriano: Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.
Cecilia: Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel.
Valeriano obedeció y fue al encuentro de Urbano, el papa lo bautizó y Valeriano regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos, también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza.
Conclusión: no te hagas músico.
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