Sorpresa. Halloween. Nueva York (VII).

Estoy peor que ayer del resfriado (pero mejor que mañana, me temo). Cual vampiro, huyo de toda luz porque mis ojos están demasiado llorosos para tolerarla. Tras el desayuno, voy a la farmacia más cercana y me compro dos remedios distintos para la "Cold severe" que pienso combinar con dosis elevadas de cafés y líquidos calientes. Veremos que tal.

La mañana está claramente dedicada a la cultura y el relax. Paseo tranquilo por Central Park, e intención de ver el Guggenheim y el Museo de Historia Natural.

Central Park está bastante bien. Supongo que por el hecho de ser día lectivo/laboral, apenas hay niños. Sin duda hay más perros paseando (con los tradicionales paseadores profesionales de perros) que niños. Lleno de ardillas y de estatuas, Central Park parece que se mantiene, en un significativo porcentaje, en base a donaciones. También es destacable el exquisito respeto que, al menos hoy, todo el mundo parece tener por las zonas en las que se impide el acceso al césped.

El museo Guggenheim tiene su fachada externa en obras y la colección que alberga no acaba de convencer, como tampoco lo hace el Museo de Historia Natural. No está mal, la verdad, pero en ciertos aspectos parece o me da la impresión de ser un museo específicamente dedicado a los niños, muy infantil. Es didáctico y visualmente atractivo, pero no da la impresión de ser un centro de sabiduría, sino más bien un parque temático que superficialmente trata de temas naturales.

En cualquier caso, la visita dura poco porque no sé si es el cocktail medicamental o que, peor lo cierto es que a los síntomas del resfriado se le añaden una somnolencia y debilidad que aconsejan retirada al cuartel general y siesta profunda.

La siesta dura hasta las 19:30 (más que una siesta, es un sueño en toda regla). Me levanto -aunque el cuerpo me pide que no lo haga- porque a un hotel no muy lejano, mi hermano y su esposa acaban de llegar de Dublín (donde viven), con lo que sin que lo sepa mi padre -a quien llevo hacia allí totalmente engañado-, habrá un encuentro familiar barcelonino-dubliniano-neoyorquino sabiamente organizado y ocultado al estilo Isabel Gemio.

Tras la sorpresa y una rápida cena conjunta, vuelta al hotel, perdiéndome/nos el desfile de Halloween de Greenwich, la celebración más multitudinaria de Halloween del mundo mundial. ¡ En otra ocasión será !

(las fotos de este post, se incorporaran más adelante).