Hoy hace diez años murió Joan Brossa, un artista en su sentido más amplio no tan conocido como debiera, impulsor de la poesía en dos ámbitos (tal vez más) que creo que han calado profundamente en mi: la poesía visual y la poesía escénica.
Mi conocimiento de la obra de Joan Brossa y, más concretamente, de sus trabajos en estos dos ámbitos proviene de mi época escolar. En lo que entonces era octavo de EGB tuve la fortuna, el privilegio y el placer (aunque no así seguramente lo hubiera calificado entonces) de tener como profesor de lo que se denominaba "Plástica" a Jordi Vallés, un aún menos conocido miembro del núcleo iniciático de la poesía visual y escénica, un personaje extravagante de sensibilidad extraña que despertó mi curiosidad.
Recuerdo su interés en 'iniciarnos' en los secretos del Laberint d'Horta (ámbito sobre el que después descubrí que había escrito un libro) así como en todo el ámbito de la poesía visual. Su faceta escénica (que también la tenía) no formó nunca parte de la clase, aunque sí la realización de teatro. Asimismo era un entusiasta de los museos, cuya visita extraescolar nos era incentivada con mejores notas.
El recuerdo a Joan Brossa en la fecha de hoy promovido, entre otros, por un activo colectivo blogaire y la voluntad de aunar hoy unos cuantos posts en su memoria, no puede sino llevarme también al recuerdo de Jordi Vallés, un apóstol de la obra poético-visual, seguidor de la creatividad Brossiana y un profesor de los que me marcaron profundamente.
Hola Danjiel,
ResponderEliminarComo alumno que fui de Jordi Vallés (en Heura) ha sido un inmenso placer descubrir a alguien que también recuerda con admiración y cariño a la figura de Vallés.
Muchas gracias por este artículo, aunque lo descubra unos cuantos años largos después de que lo escribieses.
Jordi