Vivamente recomiendo (hoy, y casi siempre) la lectura de Johan Cruyff en la contraportada de "El Periódico", también accesible al 100% via blog.

Aunque el título y la imagen gráfica de la edición de esta semana son relativos a Van Basten, la primera parte del artículo de opinión va por otros derroteros. Voilà su inicio:

"Acabar en los juzgados no es la manera de arreglar las cosas. La imagen que todo el mundo vio --porque eso también ha salido fuera-- es, por no decir algo más gordo, absolutamente triste. Sin entrar en quién tiene razón o no, las dos partes en litigio han demostrado una falta de señorío absoluto. Un cero para todos en mano izquierda. El Valencia, como club, está en su derecho de decirle a un jugador que no cuenta con él. Y el futbolista tendría que aceptarlo siempre que se respete su contrato. A partir de ahí, y desconociendo los detalles de la historia, hay mil fórmulas para pactar una salida antes que dejar todo el asunto en manos de los abogados.Yo soy de los que cree que las cosas del fútbol se deben de regir por gente de fútbol, no por la justicia ordinaria. Ni esta ni la política deberían de intervenir nunca en las cosas del fútbol. Y cuando se acaba así es porque ha habido muchos fallos. Enormes. Falle lo que falle el juez, ahí todos quedarán mal. Los únicos vencedores de todo este lío serán los abogados. Una pena haber caído en sus manos ..."

Vamos a ver... ¿qué culpa tienen los abogados? ¿Qué es lo que vencen? ¿Tan mala gente son/somos? No sólo las partes no han conseguido ponerse de acuerdo, sino que tampoco lo han hecho los denostados abogados, que a buen seguro han intentado negociar previamente.

Pero.. ¿Por qué demonizar la via judicial?. Si alguien cree tener razón, ¿por qué debe ceder ante quien no la tiene?. ¿Dónde está la tristeza? ¿En que las partes no están de acuerdo? Eso suele pasar. Y si lo que les separa son concepciones jurídicas distintas (además de mucho dinero), resolver tales cosas en los juzgados, además de resultar lo propio, es tan digno como resolverlas en cualquier otro lugar. Es más, resolverlas con luz (judicial mediante sentencia) y argumentos (las consideraciones jurídicas) suele ser más sano que con nocturnidad y silencio.


Conclusión: si se puede arreglar cualquier cosa sin los juzgados, perfecto. Los abogados también lo solemos preferir (la celebérrima "es mejor un mal pacto que un buen juicio" no nos es ajena en absoluto), pero incluso para el pacto (sus condiciones, su formas de asegurar el cumplimiento, sus repercusiones fiscales y de otra índole, etc.), la participación letrada es más que recomendable, imprescindible.

Humildemente creo, Sr. Cruyff, que su postura en este tema es incorrecta. Está, creo yo, en flagrante fuera de juego.

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  1. Yo diría algo más. ¿Por qué un trabajador futbolista no puede marcharse de una empresa notificándolo antes de 15 días como cualquier otro trabajador? ¿Por qué existen cláusulas que ligan a unos y otros? ¿Es esto legal, puede hacerse algo al respecto? No sé si los abogados servirán o no servirán, pero desde un punto de vista moral, Albelda está siendo apresado. Cualquier tribunal europeo no deportivo lo dejaría libre previo pago de una parte de su contrato, como mucho.

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  2. Hombre... no es tanto así... hay muchos intereses (legítimos) contrapuestos. Piensa, por ejemplo, que lo que comentas va en contra, por ejemplo, de los períodos de fichajes (salvo la pausa de enero, durante la temporada no se pueden incorporar jugadores a la plantilla).

    Jurídicamente es un tema muy interesante porque existe poca jurisprudencia (son pocos los casos llevados a tribunales). Lamentablemente, suele ser muy mal enfocado por los abogados y peor decidido por los jueces (de primera instancia).

    ¿Separar de entrenamientos=despido? ¿Las declaraciones públicas de "no contar con"=despido? ¿A qué da derecho y a qué no?...

    Recuerdo hace un par de años un cliente (club europeo de Champions League) y un jugador español que...

    (hasta aquí puedo leer) :)

    Dani Vidal

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  3. Un enllaç a un cas molt sonat que va passar fa força anys. Inicialment el BM Granollers es negava a deixar marxar els jugadors, i els jugadors van invocar el Decret 1006 per poder marxar. El tema es va empantanar, i el CSD va haver d'intervenir. Al final els jugadors van marxar a canvi d'una indeminització (ridícula pels barems que es mouen avui en dia). Ara, en Masip no va poder tornat a trepitjar Granollers durant una bona temporada...

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