Organizada por la INPEA (International Network for the Prevention of Elder Abuse), uno de los medios por lo que se difunde la celebración es mediante el lucimiento de una prenda o accesorio púrpura durante el día de hoy.
El acto central de esta jornada mundial tiene lugar hoy en Ottawa, Canadá. Y aunque en realidad la jornada pretende concienciar y tratar de evitar las múltiples formas que posee el abuso hacia nuestros mayores (porque, aún sin vínculos familiares, cualquier anciano no deja de ser un mayor 'nuestro'), en una época de crisis y de encarecimiento espectacular de los bienes más básicos, no quiero dejar de recordar lo que deben estar sufriendo aquellos con rentas bajas, de entre los que muy especialmente debe señalarse a nuestros jubilados, con míseras pagas que en nada reflejan lo mucho que seguro han contribuido para el bienestar de las generaciones siguientes.
Si tuvieran camiones, otro gallo les cantaría...
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