Copia de un comment del recomendado blog "El laboratorio del Dr. Txap":
"Te cuento un caso real, sin metáforas ni nombres. Uno trabaja en un proyecto, del cual, chapucero a más no poder, sale un software, pongamos a 2000 euros el pack. Uno sabe de antemano que hay bugs por la ley de Murphy, y otros aspectos que sabe que no ha revisado, ni él ni quien cobra para hacerlo. Se ha compilado el proyecto, linkado, pero tu módulo no lo ha probado nadie (no hay tiempo, hay prisa con la fabada). Pero bueno, tú ya has hecho tu trabajo. Pasan dos semanas. Empieza el aluvión de llamadas de clientes que han pulsado el botón que da acceso a tu módulo-no-probado, y que curiosamente el servicio de atención al cliente te pasa a ti como máximo responsable.
La metodología en ese punto es la siguiente: “Ha reiniciado la máquina?, que S.O. tiene?, … etc… y la crucial : que tarjeta gráfica tiene?” Entonces, independientemente del modelo que diga, se le tiene que decir que con eso no va a ningún lado, que necesita una tarjeta… (te la inventas, le dices alguna barbaridad de 13GB o algo así).. y que llame a su proveedor, que cuando la tenga que pruebe otra vez de pulsar ese botón que nadie probo. Mientras, menda lerenda prueba el botón, se constata que no funciona, se hace un parche, y se le envía el nuevo cd en menos de una semana, plazo en el que el cliente ya habrá cambiado la tarjeta gráfica. Entonces todo funciona bien (al menos, ese botón), y lo asocia a la tarjeta gráfica y al cabrón del técnico que le vendió esa mierda de máquina (con perdón). And so one. Por cierto, si el cliente no paga, pongamos 600 euros al año, no puede llamar al servicio de atención al cliente".
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