Hoy me he acercado temprano a mi parada de autobús. No es que hubieran especiales ganas de ir a trabajar (que no las había). Se trataba de comprobar a ver si era afortunado y mi autobús (de la línea 41) era uno de los dos que, al parecer, desde hoy lucen una publicidad "promoviendo" (según algunos) el ateismo.
No he tenido suerte y no lo he visto. Me consta, sin embargo, que el lema que van a lucir los laterales de estos dos autobuses dice así: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y goza de la vida", en una campaña que durará hasta el próximo domingo 18.
Los hay (Arzobispado de Barcelona y Francesc Marc-Álvaro, articulista de La Vanguardia) que consideran que el mensaje escogido tilda indirectamente a los creyentes de amargados. Craso error de interpretación (en mi opinión). Tal y como demuestra "Los Simpsons", los fervientes creyentes (de cualquier religión, incluso la pastaniana) suelen estar la mar de felices habitualmente. El mensaje no creo que esté destinado (principalmente) para ellos, sino para la gran parte de la población que está, como en política, indecisa, que tiene sus "momentos místico/religiosos" y que suele "padecer en silencio" por tales contradicciones.
Estoy con Richard Dawkins (uno de los promotores de la campaña y autor, entre otros de un libro altamente recomendado -¡de 1976!- El gen egoísta): Es importante gozar de la vida.
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