Confusión autobusil

Reconozco que los autobuses suelen, como la noche a Dinio, confundirme.

• Uno no sabe si la ruta que hace un autobús es "inicio a fin" o de "fin a inicio".
• Cuando uno se sube a uno, en el interior no tiene indicación alguna sobre a qué autobús se ha subido.
• "Pedir la parada con antelación" presupone, a veces erróneamente, que el pasajero conoce adecuadamente además de los dos puntos anteriores, el recorrido.

Hoy, al verse escapar el 41, observo que en la parada se detiene un autobús de la línea 64. Extrañado, veo como en la marquesina no se indica su ruta, pero sí está señalizada su parada. Bueno. Sigo esperando al siguiente 41. Pasan un montón de autobuses, pero ninguno es el 41. A lo lejos veo otro 64 que se acerca. Asumo que, dadas las obras en la Ronda de Sant Antoni y mientras duren las mismas (4 años), el 64 va hacer este nuevo recorrido, por lo que pienso que ya me va bien y que me puede dejar no lejos del despacho. En consecuencia, me subo. Cuando lo hago, observo que a lo lejos vuelve a aparecer un 41. Pero bueno, con un poco de suerte, este será más rápido y está claramente menos masificado.

22 segundos más tarde me doy cuenta que el autobús 64, en lugar de "subir" dirección Diagonal, "baja" en dirección Paralelo. O sea, que me aleja del Despacho. ¡Aaargghh!

Hay quienes interpretarían ello como una señal divina de que hoy no me convenía venir a trabajar. Es posible. En cualquier caso, me he bajado en la siguiente parada y he cogido mi "antigua" combinación metro+bus. Y heme aquí.