Mix de cosas sofiescas:

a) Armas 

armas sofiaLas armas están prohibidas, pero sólo en los bancos. Sólo así se entiende que la entrada de cada banco (y hay muchos), haya una señal indicando que, por favor, las armas no se usen dentro del local. Sobre su uso fuera del establecimiento, no dice nada.

b) El cambio

El lev es la moneda local (fonéticamente homónima a un jugador bielorruso del Barça -Hleb-), y tiene un cambio fijo con el euro (antes de la moneda europea, el cambio fijo lo era con el marco alemán).

levCon un tipo de cambio fijo (1 euro equivale a 1,95 leva), lo de cambiar euros a moneda local (para las compras y gastos necesarios del viaje) no debería tener problema. Pues bien, no es así. Sólo he cambiado moneda dos veces. En la primera, el cambio aplicado (y que acepté ante la ausencia de alternativas) fue de 1,55. Total: 20 euros=32 levas. Para la operación firmé seis papeles, 3 comprobantes, juré que el billete de 20 euros era auténtico y casi pasé un scanner de retina, además de la inquisidora mirada de la mujer del cambio.

En la segunda ocasión, el cambio fue a 1,95 sin comisión alguna. 50 euros=97 leva. Ni un comprobante, nada. 15 segundos en total.

Es curioso. O el cambio lo hacen a 1,55 o  a 1,95. Diría que la mitad de las oficinas de cambio tienen un tipo y el resto el otro. No hay tipos intermedios.

c) Punto de vista inglés

A la salida del hotel hoy, un inglés con coche español (matriculado en Valencia) pero que vive en Bulgaria desde hace 6 años entabla conversación conmigo (supongo que es el mono de no tener con quien hablar).

Según él, los búlgaros son, como mínimo, tontos. Yo no lo creo así (los que he tratado me han parecido muy "majos"), pero sí que él es un snob y un paliza.

d) Perros abandonados

En Sofía hay muchísimos perros abandonados. No he visto ni un sólo gato (supongo que los habrá), pero perros hay muchos. Y están tristes. Y no me extraña.

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