Hoy se celebra en Latinoamérica y el Caribe el “Día Internacional por la Despenalización del Aborto”, una jornada que surgió como una iniciativa de las feministas reunidas en el V Encuentro Feminista Latinoamericano en el año de 1990 para impulsar el aborto legal y seguro.
Actualmente, seis mil mujeres se mueren al año debido a complicaciones derivadas de los abortos, en tanto que la cifra anual de abortos que se practican en Brasil, Colombia, México, Perú y Republica Dominicana ascienden a 2.8 millones, y en Latinoamérica, más de cuatro millones (fuente).
El tema no es baladí y, lamentablemente, siempre se ve envuelto de falsas discusiones sobre principios que poco o muy poco tienen que ver con el tema tratado.
Una cosa está clara: prohibir el aborto no resuelve el problema, ya que agrava la vulnerabilidad de las mujeres, que tienen que recurrir a abortos clandestinos e inseguros, poniendo en riesgo su salud y su vida. Sabemos además que la prohibición del aborto afecta sobre todo a mujeres de escasos recursos y a sus familias.
En consecuencia, la penalización del aborto como tal es un error. Ello, sin embargo, no impide que otras decisiones, como las que hoy empiezan a aplicarse por aquí, también lo sean:
Nota: En la sintaxis, a diferencia de algunas operaciones matemáticas, el orden de los factores sí altera el resultado. Léase a continuación el erróneo titular usado hoy sobre el continuo “revival” (propio de Thriller) de una mujer.
Y es que no es lo mismo que cada 12 días muera una mujer que una mujer muera cada 12 días. Eso sí, ambas cosas son horrorosas.
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