Hoy, en Ecuador, se celebra el “Día del Economista Ecuatoriano”, una jornada dedicada a estos profesionales de los números que deberían (¿no?) tener un cierto control de todo lo que está pasando y que Nicholas Chamfort (1741 - 1794) definía como “cirujanos con un excelente escalpelo y una lanceta sin afilar, que operan maravillosamente a los muertos y tortura a los vivos".
En Ecuador, su ley de Defensa Profesional fue aprobada mediante Decreto No. 915 y publicada en el Registro Oficial No.674 el 5 de noviembre de 1974.
Y aplicable a Ecuador y a otros países, lo siguiente:
Un día abres tu correo y se te presenta un economista, anunciándote que dentro de su política comercial te da acceso a sus informes de manera temporal, y te envía uno de muestra que dice que “la empresa A subirá mañana en bolsa”.
Acierta, pero bueno, podía o no. Al día siguiente te manda uno que dice que vuelve a subir. ¡Acierta de nuevo!
Al tercer día te dice que bajará y ¡¡acierta!! tú ya empiezas a dudar y a buscar información.
El décimo día en que ha acertado de manera consecutiva tu estás dispuesto a considerarle un gurú y darle todo tu dinero para que lo invierta o por pagar por tener acceso a su dinero. Sabes que la probabilidad de acertar al “tun tun” es del 50% elevado a la 10, esto es un 0,2%. ¡Tienen que ser un magnífico economista!.Y lo es, puesto que sabe mucho de estadística. El gurú economista con el que tratas mandó 10.000 cartas el primer día, a 5.000 les decía que iba a subir y a 5.000 que iba a bajar. Como subió, al día siguiente sólo repitió el correo con los 5.000 que había acertado, diciendo a 2.500 que iba a subir y a 2.500 que iba a bajar. Lo mismo los siguientes días.
Al final tenía a 20 personas de 10.000 con las que siempre había acertado y que estaban dispuestas a pagar lo que fuera por seguir accediendo a esos informes.
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