Acudo y asisto a un amigo (desde la infancia) y su mujer en un tema de despido, resultando todo (al final) tan bien como se esperaba y bastante mejor de como últimamente marchan las cosas en muchos lugares.
Como curiosidad, destacar que se ha tenido que cambiar la sala de conciliación porque la que en principio teníamos asignada parece que había un tema previo llevado por un mediático abogado ex directivo del Barça que se retrasaba más de la cuenta.
Pues bien, acabada con éxito la actuación judicial-abogacil, comida en el cercano restaurante argentino San Telmo, delante del cual había pasado mil veces sin entrar nunca.
Magnífica comida (una de las mejores que recuerdo en mucho tiempo), en un restaurante amable y nada pretencioso donde la carne era exquisita y el vino (argentino) elegido por mi amigo muy bueno.
Si a uno le gusta la carne (como es mi caso), San Telmo es una de las mejores opciones de Barcelona.
Una buena mitad del día, pues, con buen resultado de trabajo y buena comida en mejor compañía.
Ahora se trata de buscar una nueva excusa para poder repetir.
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