(post del día 26/1/2010)
Llegada justa al aeropuerto, después de haber comprobado por triplicado que llevo suficiente ropa de abrigo.
La estancia en Londres va a ser corta (apenas 3 días), pero entre la Feria, las visitas a clientes, los saraos que montan tras la feria, una recepción 'oficial' de unos colegas ingleses, la asistencia a un seminario y la atención a un cliente americano que también está en Londres, estoy seguro que voy a pagar las consecuencias de tanto movimiento y cambio de temperatura.
Si el tiempo no va a ser un aliado, la reciente alarma antiterrorista (nivel “severo”) tampoco ayuda.
Sea como sea, llego justo al aeropuerto, obtengo un asiento horroroso en la cola del avión (fila 33 de 34, ventanilla, eso sí), consigo cambiar dinero y pese a haber dejado todo lo metálico en un par de bandejas de plástico, el detector me pita, me cachean y pongo mis pies en una máquina detectora que evita el sacarme los esta mañana lustrados zapatos.
Al volar a UK, además, la salida es por una puerta "D" de la Terminal 1 no conectada con el Sky Lounge (vamos, las tiendas) por culpa del control de pasaportes. Sólo hay abierto en esta zona un McDonald's y a la 8 am no apetece demasiado.
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