En Brasil, y otros países como Uruguay se celebra el “Día de Iemanjá” o “Día de Yemanjá”, una jornada dedicada a un orixá (personaje, diosa) de la mitologia afro-brasileña-latinoamericana.
Parece que el culto proviene de Nigeria y llegó al continente americano en el periodo del tráfico de esclavos junto con el resto de sus religiones y costumbres. Siguiendo las prácticas del sincretismo, se identificó con ella a la Virgen María bajo su advocación de Stella Maris, patrona de los navegantes, marineros y pescadores, que quedó así trasformada para los afroamericanos en Iemanjá, diosa que reina en el mar.
Durante el día y la noche siguiente se realizan bailes religiosos, suenan los tambores y los cánticos, se hacen ofrendas de sandía, palomitas de maíz y caracoles. Muchísimos caracoles, preferentemente de color rosado, son devueltos al mar y también flores: millones de rosas y claveles, y se hacen a la mar barcas iluminadas con velas y cargadas con perfumes y conchas de caracoles.
Miles de cartas de enamorados, de madres, de enfermos, de gentes que agradecen y gentes que piden salen ese día al mar en busca de protección y de esperanza. Dice la leyenda que aquellas que son devueltas a la orilla no fueron atendidas por la santa...
En Brasil, Iemanja es sincretizada con Nuestra Señora de los Navegantes, protectora de los pescadores, en Haití se la conoce con el nombre de Agwe y está sincretizada con San Ulrico y en Cuba se la conoce con el nombre de Yemanya y está sincretizada con la Virgen de la Regla.
En Uruguay es un “Día de” oficial, declarado de Interés Cultural tanto por el Ministerio de Turismo, el Ministerio de Educación y Cultura y la Intendencia Municipal de Montevideo.
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