Tras las compras matinales (el sábado por la mañana es el momento de comprar los suministros/víveres para casi toda la semana), rápida comida con la familia y me acerco al Ateneu de Barcelona, con ocasión del nuevo encuentro de la Atenuesfera, invitado por uno de sus miembros.
Llego puntual y me acerco a donde suelen (bueno, sólo he coincidido con ellos por azar una vez por el Ateneu) hacer sus reuniones y no veo a nadie. Me espero. Sigue sin llegar nadie. Llamo a uno de sus miembros con confirmada asistencia. No me contesta. Llamo a otro. Nada. ¿En qué sala estarán? Pregunto al portero/recepcionista. No le consta. Vuelvo a llamar al primero. Me coge el teléfono. “¿Dónde estáis?”, pregunto “¿Cómo qué dónde estamos? Ya he visto que me has llamado y te he devuelto, sin suerte, la llamada. Y creo que sé porqué me llamas… La Ateneuesfera no es hoy, es el próximo sábado, ¿no te fijaste en el email?”.
No sólo hago el ridículo por un despiste de los míos (aún me acuerdo de este otro) sino que quienes me conocen, parecen saber de antemano que voy a caer en ellos.
Al menos, aprovecho para en la Biblioteca, coger dos libros: “Falso Amanecer. Los engaños del capitalismo global”, de John Gray; y “El Fin de la Pobreza. Cómo conseguirlo en nuestro tiempo”, de Jeffrey Sachs.
Hubiera cogido alguno más sobre cómo reforzar la memoria… pero no me he acordado. :)
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