Ayer domingo me pegué un madrugón (levantarse a las 6 debería ser pecado) para ver “en directo” el último capítulo de LOST. Craso error.
En primer lugar, porque… lo emitían esta mañana. Así pues, ha tocado levantarse de nuevo hoy a las 6 para seguir las últimas (¿seguro?) andanzas del isleño grupo que durante 6 años han llevado dicha serie a ser todo un referente en el ámbito de la televisión.
¿Y ahora qué? No en cuanto a esta serie (no voy a explicar nada del capítulo final, Bart Simpson ya hizo suficiente ayer –ver imagen-), sino en cuanto a qué series ver.
(Imagen del capítulo final de la 21ª temporada de Los Simpsons, emitido ayer, día 23)
Servidor está “al día” con FlashForward y recientemente he empezado (voy por capítulo 7) con ‘V’ (una adaptación mejor de lo que esperaba).
Hace mucho mucho tiempo (quienes me conocen pueden acreditarlo) que “predije” que las series de televisión se “impondrían” sobre las películas, del mismo modo que las revistas sobre los libros y periódicos. El iPad y otros dispositivos similares son ideales para leer (más que libros y diarios) diversas revistas de temáticas distintas, el sector editorial con más futuro “tecnológico” y, por contra, el más timorato al respecto.
Ahora, sin LOST (que, aún distinta, sigue estando por debajo del Ala Oeste de la Casa Blanca) queda la duda de qué serie recogerá el testigo de seguir liderando un formato ganador (duración correcta, fácilmente exportable, que crea fidelidad, claramente simbiótico con el medio televisivo y de grandes posibilidades creativas). Esperando estamos.
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