Con motivo de la creación de un 4 de agosto como hoy, pero de 1887, del sindicato de panaderos por parte de Enrique Malatesta (curioso apellido), el Congreso Nacional Argentino declaró en 1957 el día de hoy como el “Día Nacional del Panadero” o “Día Nacional del Obrero Panadero”.
Tengo especial simpatía por este colectivo, no sólo por ser los proveedores de un elemento indispensable en mi dieta (por mucho que al hacerla suela recomendarse su eliminación), sino por otros muchos factores (familiares, históricos, etc.).
En una época en la que, por aquí, se autodenomina panadero aquel que simplemente introduce una masa precongelada de pan (por llamarlo de algún modo) a un horno y, tras un tiempo determinado, la recoge, es hoy una buena fecha para reivindicar la labor de los auténticos profesionales de las harinas, así como de los curiosos artistas que se dedican a ello (fotos de algunas 'creaciones' aquí).
Debe decirse que del viaje a Hamburgo, muchos de los asistentes se trajeron buenas y ricas piezas de pan (además de dulces y chocolates y souvenires de lo más variopintos).
Por cierto: alguien copió enteramente el texto del post alusivo a esta jornada hace dos años.
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