Aunque parezca extraño, “sablear” sólo tiene un significado y no es el de dar golpes con sable, sino el de “dar sablazos”, esto es, sacar dinero a alguien con petición hábil o insistente y sin intención de devolverlo, algo que se supone que con la crisis va a ir en aumento.
De ahí que sólo pueda entender como un error el hecho de que en el BOE de hoy se publique la “Resolución de 29 de diciembre de 2010, de la Jefatura Económico Administrativa de la Academia General Militar, por la que se procede a la modificación del valor estimado y del Presupuesto de licitación del expediente de contratación n.º 2 0350 2010 0244 00, adquisición de sables de Oficial con funda para los alumnos”.
En Himajina ya hemos hablado de este tema antes. Y por aquí seguimos sin comprender el gasto de 85.000 euros en tan anticuada arma que ahora sólo se usa para el lucimiento oficial de oficiales.
¿No sería hora de modificar los uniformes de gala y prescindir de este arma-toste?
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