Mientras que por aquí estamos en plena polémica sobre los 80 kilómetros por hora en los accesos a Barcelona, en Valencia y alrededores tienen un auténtico mega-problemón: unos vientos muy, muy, pero que muy fuertes y rápidos:
La noticia, que puede verse aquí, no puede dejarnos indiferentes, como tampoco puede dejarnos tranquilos que tan colosal riesgo tenga asignado el color naranja, por mucho que aprecien dicha tonalidad (y fruta) por la zona. En mi opinión, tendría que ser negro y con calaveras ya que la destrucción a esa velocidad (casi la del sonido) sería total.
Himajina agradece al contribuyente (anónimo) de la noticia y confía que los medios restrinjan el uso del “pegar/copiar” sin pensar antes o comprobar los datos aunque sea sólo con un uso mínimo del sentido común.
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