Hoy, en Argentina, se celebra el “Día del Pescador Deportivo” o “Día del Pescador Deportivo Latinoamericano”, una jornada dedicada no sólo a quienes pescan con ánimo competitivo, en busca de las mejores marcas (capturas más numerosas, grandes, etc.) sino también a los muchos que lo hacen por puro ocio, por el mero placer de clavar cosas a animales acuáticos que no sólo deben sufrir las contaminaciones de las aguas sino los engaños alimentarios (ríete tú de la crisis del pepino… aquí se comen un gusano y se les clava un anzuelo) de los cañeros.
Conste que hay mucho de demagogia en mis palabras. Los buenos pescadores sólo capturan las piezas que luego se comerán, suelen devolver al mar/río muchos ejemplares y en ocasiones hasta contribuyen económicamente a la repoblación de los peces.
Sea como sea, servidor no es especialmente amigo del mundo de la pesca, y la evolución de la misma es una buena demostración del porqué:
Por cierto, la elección de la fecha de este “Día de” deriva de que la fundación del Club de Pescadores de Buenos Aires tuvo lugar un 3 de agosto, el de 1903.
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