Hoy, en España, se celebra el “Día de la Constitución”, una jornada festiva oficial en recuerdo del texto magno y del Referéndum Constitucional de 1978 en el que se aprobó.
Lamentablemente, no está siendo bien comprendida. Primero, es sólo un texto (aunque muy importante). Segundo, está necesitada de reformas (Senado, primigenia del varón en la sucesión en la Jefatura del Estado, etc.). Tercero, no es un texto independiente: existe el denominado “bloque constitucional” en el que se integran los Estatutos de Autonomía (so pena de tener una lectura parcial/sesgada).
En este sentido, la lectura de los máximos intérpretes (pero no únicos) de algunos de sus preceptos es harto y voluntariamente errónea. Y la negativa de algunos a realizar ciertos cambios, un ejercicio de miopía grave. Con esta imagen ilustré el post de hace tres años:
En cualquier caso, hoy es festivo por aquí, si bien es cierto que con menos muestras de ello. Al respecto, indicar que, consideraciones políticas y económicas aparte, en Himajina sólo podemos estar en desacuerdo con toda medida minimizadora de un “Día de”. Me gustaban las banderitas, coñe.
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