Los Angeles (IV)

(post provisional)

La visita a Disneyland plantea distintos dilemas. Vayamos por partes.

El primero es cómo acceder al parque desde Downtown. Aunque existe un autobús que te lleva, al parecer da muchas vueltas y tarda mucho. Así que la opción escogida (por pintoresca y aventurera) es la de ir en tren hasta Anaheim. Tras una parada en el Café Primo (hay que reponer fuerzas tras la noche losangelesca), metro hasta la Union Station y allí compra del billete de ida y vuelta (14 US$ persona y trayecto). Tras la adquisición del billete no le indican a uno en qué vía pasa el tren correspondiente sino que se debe esperar en una zona habilitada, en la que se anunciará el tren cuando corresponda. El tren es de dos pisos y hay apenas 3 paradas. La sorpresa agradable es que tiene wifi, por lo que aprovecho para actualizar el estatus facebookiano.

Al llegar a la estación, las opciones para llegar al parque pasan bien por un taxi, bien por un autobús regular. Escojo la segunda opción. Gran error. El autobús pasa cada 40 minutos (lo esperé 43) al lado de una gasolinera.

El segundo dilema es el de qué parque visitar. Está el Disneyand de toda la vida (primer parque Disney) y el más reciente “California Adventure”. Hay la opción de visitar ambos con una entrada combinada algo más cara. Al final, la opción tomada es la de ir dónde siempre, justamente para poder ver las eventuales diferencias. Además, siempre hay que dejar algo por hacer en un viaje (y tener así una excusa para volver).

El parque es bastante más pequeño (o así me lo parece) respecto a los antes visitados (todos, menos el de Hong Kong). Hay mucha gente y el tiempo no es malo, aunque no luce el sol.

Una hora antes del penúltimo tren de regreso, dejo el parque no sin antes visitar el Downtown Disney (zona de tiendas y locales de ocio). La vuelta a la estación es mediante taxi interactivo (con su pantalla para pagar vía tarjeta de crédito con opciones de propina incluidas).

Tras el día Disney, regreso al hotel con el ánimo de preparar el último día en los Angeles, que se dedicará exclusivamente al shopping.