Hoy se celebra la onomástica de los Raimundo, en honor a San Raimundo de Peñafort, patrón de los abogados, fallecido en Barcelona a los 100 años en 1275.
Su interesante biografía puede encontrarse en diferentes fuentes, recomendando esta, esta otra, y también la de aquí.
La imagen se corresponde que con uno de sus milagros; acaecido durante un viaje en el que acompañaba al rey Jaime a Mallorca. El soberano que era mujeriego, había prometido enmendarse, pero no había cumplido su promesa. En vista de ello, Raimundo le pidió licencia para partir a Barcelona; el rey no solo se la negó, sino que amenazó de muerte a quien se atreviera a sacar al santo de la isla. Confiando en Dios, Raimundo dijo a su compañero: "Los reyes de la tierra pueden impedirnos la huida, pero el Rey del cielo nos dará los medios para ello". Acto seguido se dirigió al mar, extendió su túnica sobre las olas, ató un extremo de ella a un palo para que sirviera de vela y, haciendo la señal de la cruz, montó sin temor en aquella improvisada "barca". Su compañero quedó temblando en la playa. La milagrosa barca hizo en seis horas el trayecto hasta Barcelona, a sesenta leguas de distancia. Las gentes que vieron llegar al santo le recibieron con aclamaciones. Sin inmutarse por ello, Raimundo recogió su túnica, que estaba perfectamente seca, se la echó sobe los hombros y se dirigió a su monasterio. Una capilla y una torre fueron construidas en el sitio en que desembarcó
Además puede leerse aquí el interesante comentario realizado en este mismo blog hace cuatro años por un lector destacando, no sin razón, las labores de inquisidor que llevó a cabo el ahora mi patrón.
Debe destacarse que además fue colega y profesor de mi famoso alter ego jurídico Vidal de Canellas (Obispo de Huesca que puso en buen orden los Fueros de Aragón por encargo del rey Jaime I), que coincidió con Raimundo de Peñafort en Bolonia, hacia 1221, en cuya Universidad Raimundo era profesor y Vidal estudiante. Es posible que se conocieran de antes, en Barcelona, donde Vidal pasó la niñez, y parece que mantuvieron la relación a todo lo largo de su vida. Durán Gudiol escribió que Raimundo fue "el gran amigo y valedor de Vidal". Vidal de Canellas, en su testamento otorgado poco antes de fallecer, nombró a Raimundo de Peñafort árbitro en el importante asunto de su herencia.
El año pasado el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, no realizó acto ninguno de celebración por causa de la crisis. Este año, parece que tampoco se celebrará, aunque nadie ha dicho nada.
Y, por cierto, como siempre, un servidor, por mucho “Día del Abogado” que sea, trabaja hoy.
(Imagen superior adoptada y adaptada de aquí)
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