Por estos lares, el único constructor que aún puede verse sonriendo es Bob, el personaje de una serie de televisión infantil ajeno, en principio, a la crisis económica, la burbuja inmobiliaria, la deflación, la recesión y la calvicie (disimulada por el casco).
Sin embargo, hoy pueden añadirse como constructores sonrientes los que trabajan en Cuba, ya que hoy se celebra allá el "Día del Constructor", en honor a Armando Mestre, un humilde trabajador del sector, asaltante al cuartel Moncada en 1953 y que fue asesinado poco después de su desembarco por el oriente del país como integrante de la expedición del yate Granma.
Claro que, según algunos, los constructores están mejor que los informáticos.
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