Acudo al estreno (en realidad, retorno) de la obra City/Simcity en el Club Capitol. Y salgo de ella enfadado.
La obra había sido en su momento estrenada en la Sala Beckett y no tuve la oportunidad/ocasión de verla. Identificado su retorno a la cartelera y en una sala como el Club Capitol, pensé que me había perdido algo bueno en su momento, por lo que he ido dispuesto a aprovechar esta segunda oportunidad que no siempre se nos ofrece.
En mala hora. La obra es mala. Sin paliativos. A un flojo y poco ingenioso guión se añade unas interpretaciones justas (pobres ellos) que no permiten sostener una pésima dirección y escenografía. Las luces se apagan (fundido) como unas 20 veces para apenas variar el escenario lo que resulta aburrido y cansino.
Explicada en dos líneas, el argumento podría parecer tener interés. Incluso podría haber sido algo grande en papel. Pero una vez sobre el escenario, todo se desdibuja en tramas absolutamente vacías de sentido con un final medio absurdo / medio racista (aunque me consta que no es, ni mucho menos, la intención del autor).
De la Sala Beckett (u otras que frecuento) uno sale a veces del teatro sin que la obra le guste, tolerando bien defectos de escenografía y/o guión y sin haber visto interpretaciones brillantes. Se asume y, de hecho, hasta es un poco lo que se busca. Pero en un teatro como el Club Capitol se espera otro nivel. Uno que esta obra no posee.
Nota: Hay opiniones distintas. Conócelas también aquí.
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