
Pese a su carácter oficial, debe decirse que el encuentro no tiene las dimensiones de los Harley Days de Hamburgo. Hace apenas dos semanas se celebró allá la convocatoria de este año con un número de motards cinco veces superior (75.000 motos en Hamburgo por una previsión de 15.000 en Barcelona) al aquí previsto.
Pero es que, claro está, Barcelona no tiene un lugar como St. Pauli y su Reeperbahn. Hace unos años coincidí en mi segundo viaje a Hamburgo con la celebración de este encuentro. De hecho, incluso coincidí en el viaje (y en el avión que nos llevaba) con un buen amigo y cocktelero-blogaire de pro. Y, realmente, fue espectacular.
Regresando al tema de la fiesta, indicar que, de acceso libre y recomendado, están instalados en la Avenida María Cristina (Plaza España) de Barcelona una multitud de stands para la compra de complementos moteros, exposiciones de Harleys, y se puede asistir a conciertos en el Harley Village, y tomarse por allá, en un ambiente ciertamente especial, unas cervecitas o tapas (o pizzas).

Además de todo ello, hoy se celebraba en uno de los palacios feriales una fiesta accesible sólo mediante invitación que, la verdad, resultó (al menos, mientras estuve allá -que no fue mucho, ya que mañana es laborable-) un tanto apagada, aunque con notable éxito de asistencia. Supongo que se animaría más tarde, puesto que la ocasión lo merecía.
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