(post del día 26/2/2010)

El billete a Tokio es con Lufthansa, vía Frankfurt en la ida y con vuelta a través de Munich.

tocameA las 5.30 taxi en la puerta y a las 6, dos horas antes de la salida (teórica), ya se está en el aeropuerto. Recogidas las maletas que ayer se dejaron en consigna y con la tarjeta de embarque emitida, algo de cola en el control de seguridad (se nota que es viernes por la mañana y hay actividad), embarque a la hora para despegar una hora más tarde. Problemas con los controladores franceses (que están de huelga –y yo que estaba contento con el fin de la huelga de Lufthansa-) y de viento en Frankfurt dicen ser la causa.

(En la imagen, una tautológica expresión que aparece en diferentes pantallas del aeropuerto de Barcelona y que estoy pensando en hacérmela imprimir en alguna camiseta [no, nada de pantalones])

Llegado al aeropuerto de Frankfurt, me parece curiosa la disposición cada ‘x’ metros de bicicletas (además de los cochecillos eléctricos). Veo que algunos empleados del aeropuerto  las utilizan. Supongo que los usuarios/viajeros, no. Desconozco si alguien ha pensado hacer lo mismo en Barcelona y si, en tal caso Hereu propondría que se adoptara el Bicing y que contara en las estadísticas municipales.

bicing alemanTeniendo presentes las más que satisfactorias compras que hice en el aeropuerto de Londres hace poco, me paseo por las tiendas, de casi nulo interés. Eso sí, en el McDonald’s aeroportuario encontramos una de esas cosas que tanta gracia me hacen: una evidente contradicción:

veggie burguer ¿Cómo va a ser una veggieburguer? Las hamburguesas son (Diccionario de la Real Academia Española) o las “tortitas de carne” o el bocata que  las contiene. Luego… si no hay carne, no hay hamburguesa. Habrá sandwich, un veggiesandwich, pero no un veggieburger. Estos alemanes …

Al embarcar en el vuelo hacia Narita (aeropuerto de Tokio) por tres veces distintas creen que vuelo en Business o First: al preguntarles una cosa en el mostrador, una sra. que me viene directa a hacerme una encuesta y en el embarque (dónde soy la primera persona en entrar –porque me lo señala un caballero de la aerolínea- para luego, en lugar de subir al piso de clase superior del avión, quedarme en clase turista).

Apenas  duermo 50 minutos durante todo el vuelo. Viendo dos tostones de películas (An education) y otra que ni recuerdo el título y, sobretodo, leyendo bastante y re-viendo la séptima temporada de Frasier, se me pasa el vuelo hasta la llegada, al final, al aeropuerto de Norita. Justo antes, el primer amanecer desde el avión sobrevolando el país del sol naciente:

amanecer1 amanecer2

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