El sábado, al menos en Barcelona, hubo un grito muy alto y claro.
El domingo, fue otro, en toda España y parte del extranjero, especialmente en el minuto 115 de la final del Mundial de Fútbol.
Hoy, lunes, cada uno podía tener un motivo distinto para “soltar” un alarido. Yo, por ejemplo, no lo he hecho de alegría porque no es mi estilo, aunque la noticia recibida hoy vía teléfono (sorry, no puedo dar más detalles por aquí ahora) lo merecía, sin duda, por partida doble.
En cualquier caso, con motivo o sin, hoy se celebra el “Día Mundial del Grito”.
Se trata de descargar (como en otros “días de”) ya sea la frustración, ya sea de dolor o de la alegría interior. Un magnífico ejemplo a seguir es el de un grupo de scouts fineses (scouts y finlandeses son grupos recurrentes en Himajina) que poseen el record Guinness por el grito más fuerte hecho por un colectivo (127.2 dBA el 16 abril de 2005).
Amantes del silencio… hoy es un mal día.
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