Hoy, en EE.UU., se celebra el “National Kite Flying Day” (“Día Nacional de Hacer Volar una Cometa”), una jornada de descriptivo nombre y que espero celebrar algún día como merece.
No recuerdo haber volado ninguna. Sí intentarlo, pero en Tortosa, dónde el viento semihuracanado no creo que sea de gran ayuda. Eso sí, he conocido a algunos de los aficionados más importantes del mundillo en Cataluña (y del extranjero).
Ciertamente, con todo el tema de los drones así como la popularidad y disponibilidad de los minihelicópteros de radiocontrol, quizás volar cometas tiene un punto naif que es el que le da su encanto. Aunque no todos piensen igual (al menos, en Singapur):
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