En virtud del artículo 1 del Decreto Nacional 1574 de fecha 23 de julio de 1993, y dado que en fecha de 28 de mayo de 1810 se emitió el primer reglamento protocolar que se dictó en Argentina ("Instrucción para el Despacho y Ceremonial" o "Reglamento para el Ejercicio de la Autoridad de la Junta Provisional Gubernativa del Río de la Plata"), se estableció que el 28 de mayo se considere en Argentina "Día Nacional del Ceremonial".
De esta manera, se rememora hoy la importancia del protocolo, de las formas, de los procedimientos y los órdenes que suelen pasar desapercibidos a los no iniciados en estos temas. Los tratamientos, las ubicaciones de las banderas y/o de las personas, el uso de las diferentes insignias y estandartes, los horarios de ciertas actuaciones o los modos en las que éstas se realizan son aspectos cuidadosamente estudiados y que obedecen a criterios técnicos de obligado cumplimiento.
Una máxima del protocolo es que éste ni crea jerarquías ni inventa honores, sino que sólo los respeta y pone a cada persona en el lugar que le corresponde.
¿Y cuál es ese lugar?... Ahhh... eso no lo determina el protocolo, sino la vida... y uno mismo.
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