Tras el aterrizar ayer noche, apenas llego a casa, una ducha rápida y hacia una reunión de AnticsUPF , convocada a los efectos de conocer y tratar el estado de las muchas cosas que hacemos y las que aún tenemos que hacer.
El lugar de la reunión: el despacho de una amiga y compañera abogada, anticupefera también. Cuando sea mayor, me gustaría tener un despacho como el suyo.
Por supuesto, llego tarde (en esta ocasión, justificado el retraso). Pero la imagen, impresiona. A las 21 h., más de 10 personas, profesionales y trabajadores todos, reunidos al entorno de una mesa para debatir, de un modo muy maduro y constructivo el qué hacer y el cómo hacerlo.
Observo cómo lo hacen/hacemos sin darnos cuenta del valor que tiene lo que se está allí haciendo. Ni pagando horas extras, ni pluses, ni stock-options, ni nada de nada se conseguiría la predisposición y entrega de los allí reunidos.
Nota: Al acabar la reunión, cena de todos en un bar de la esquina para comentar la crisis, el ámbito funcionarial, el futuro de la prensa escrita, las evoluciones del Bar ça y próximos viajes y aventuras.
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