
Pues con el nombre de Puerquita he bautizado a la novia de Himajín, una bonita y simpática lechona de peluche anti-estress que mi tía Rosa me ha regalado durante estos días tortosinos. Desde que la tengo, Himajín se revuelve en el barro mucho más contento.

Añádanse a mis agradecimientos, los de la himajinaria mascota que hace un tiempo adoptamos (y que es mucho más mona, sin duda alguna, que la vaca Tula santanderina).
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios, críticas, ideas, sugerencias, inquietudes.
EmoticonSin tus aportes, todos himajinamos menos.
Click to see the code!
To insert emoticon you must added at least one space before the code.