
Poca gente sabe que, durante una época, me aficioné bastante a este mundillo en el que, todo hay que decirlo, fui un simple novatillo. De hecho, las cosas que se pueden llegar a hacer con equipos relativamente simples (en cuanto a precio y espacio), son impresionantes. En su época, incluso, en lugar del uso de Internet como lo conocemos, se hacía packet radio, germen de sistemas actuales como el GPRS (General Packet Radio Service).
Eran grandes tiempos (suena a reflexión de persona anciana, eh?), y no descarto algún día poder volver a introducirme, esta vez un poco más seriamente, en este más que interesante mundillo, más que nada por el romanticismo que implicará conectarse con interferencias y ruidos con una voz lejana en una época en la que técnicamente es posible enviar sonido y video de buena calidad en tiempo real. Algo así como seguir escribiendo cartas a mano y confiarlas a los servicios postales estatales.
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