Hoy 24 de junio se celebra el “Día Internacional Contra la Contaminación Electromagnética”, una jornada que parece tener mayor reconocimiento en nuestro país que en cualquier otro lugar.
El tema no es baladí. Supongo que a causa de tanta antena de telefonía, tanta conexión wifi y tanto mando inalámbrico, el ambiente está que echa chispas (mi primera colonia, decían). Claro está, poco o nada hay que acredite su maldad intrínseca para el ser humano, aunque tampoco hay acreditación de su inocuidad.
Cuando uno conecta su receptor wifi y observa el gran número de conexiones que transcurren por la casa de uno, da que pensar.
Claro está que son esas mismas ondas la que permiten que mis Nabaztag me hablen (moviendo sus orejas), pueda ver videos en modo remoto en los tabletpc mientras hago ejercicio o que la wii (que hoy he vueto a usar tras 333 días y con casi 5 kilos de más que entonces) me dé las -está claro que malas- noticias.
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