Portada hoy de “El Periódico de Catalunya”:
Lógicamente, a nadie le parece mal. En una visita a una tierra con costumbres propias, qué menos que adaptarse (si a uno le es posible) a dichas costumbres, una muestra de educación, protocolo y respeto, que de ningún modo pone en tela de juicio la manera propia, en este caso, de saludar.
Entonces, me pregunto porqué si es aceptable y correcto hacerlo con quienes están (literalmente) en las antípodas, no podría hacerse el mismo gesto, por ejemplo, en el mensaje navideño (o cualquier otro)hablando en idiomas también propios, ¿no?.
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