“Tu quoque, Brute, fili mi” (“¿Tú también, hijo mío?”).
Esas (u otras parecidas como “Et tu, Brute -¿Y tú también, Bruto?-”, o, en griego, “Kai su, teknon? -¿Incluso tú, hijo mío?-”) son las últimas palabras que se atribuyen a Julio César a tenor de la obra de William Shakespeare.
Pues parecidas palabras me surgen ante la lectura del BOE de hoy:
¿De verdad es necesario que haya oficinas de información y orientación al ciudadano en materia de vivienda? ¿No hay ya bastante información/desinformación? Sólo falta que orienten sobre hipotecas subrogables a la descendencia.
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