Hoy, se celebra la 10ª edición del “Día Mundial contra el Trabajo Infantil”, una jornada de principios loables y finalidades extrañas.
Como he indicado muchas veces, no es posible (ni debería intentarse) abolir el trabajo infantil sin abolir antes la pobreza. Mientras llegue lo segundo, el trabajo infantil deberá ser regulado/controlado y complementario a una educación, limitándose las jornadas, compatibilizándolas con la educación -por ejemplo, que sea pagada por su empleador-, con tareas adecuadas a la edad y desarrollo, con unas edades mínimas, sectores excluidos, etc., pero no prohibido.
Como dije, el fin del trabajo infantil que hoy se reivindica, o la defensa del medio ambiente (por poner otro ejemplo) son grandes objetivos que creo que todo el mundo compartimos. Pero resulta algo hipócrita hacerlo cuando uno vive en un país que ya destrozó (y sigue haciéndolo) su entorno natural o que, cuando las condiciones lo requirieron (y no hace tanto de ello), empleó también mano de obra infantil.
Se calcula en 215 millones el número de niños trabajadores, y en 67 millones los que no cursan primaria estando en edad de hacerlo. La OIT, en su Informe global sobre trabajo infantil de 2010, dice que el número mundial de niños trabajadores ha disminuido de 222 millones a 215 millones durante el período 2004–2008, es decir un 3 por ciento, lo cual representa “una desaceleración en el ritmo de reducción a nivel mundial”. El informe también menciona la preocupación de que la crisis económica mundial pueda “frenar” el avance hacia el objetivo de eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2016. El mayor progreso se ha registrado entre los niños y niñas de 5 a 14 años. En este grupo, el número de niños y niñas trabajadores disminuyó en un 10 por ciento. El trabajo infantil entre las niñas disminuyó de manera considerable (en un 15 por ciento). Sin embargo, aumentó entre los niños (de 8 millones, que corresponde a un 7 por ciento). Además, el trabajo infantil entre los jóvenes de 15 a 17 años aumentó en un 20 por ciento, de 52 millones a 62 millones.
El lema de este año es: “Derechos humanos y justicia social ... erradiquemos el trabajo infantil”. Y en Argentina, además de Día Mundial, es también “Día Nacional contra el Trabajo Infantil”, en virtud de la Ley 26.064.
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