Hoy, en EE.UU., se celebra el “National Clean Off Your Desk Day” (“Día Nacional de Arreglar tu Mesa de Trabajo”), una jornada que, en mi caso, resultaría bastante útil que tuviera una periodicidad semanal.
En realidad, no es así. Por temas profesionales es imprescindible que todo esté perfectamente arreglado y organizado, de lo contrario sería un caos. De hecho soy un ‘devorador’ de carpetitas transparentes en las que cada expediente, trámite o subtema está guardado, formando montañitas y cordilleras.
Sin embargo, hay quienes creen lo contrario y consideran que un cierto ‘look caótico’ o una exhibición de montañas de expedientes da un ‘aire atareado’ al titular de dicha mesa. Claramente disiento: lo considero poco profesional y poco estimulante, tanto a ojos de un tercero como de uno mismo.
Particularmente me gusta llegar a mi despacho, a mi mesa de trabajo y que todo esté preparado para empezar el día a lo grande, con todo dispuesto para comerse el mundo (aunque a veces a uno se le indigeste un poquito).
En cualquier caso, léanse unas palabras atribuidas a Einstein (“If a cluttered desk is a sign of a cluttered mind, then what are we to think of an empty desk? – “¿Si un escritorio desordenado es una muestra de un mente desordenada, entonces qué debemos pensar de los escritorios vacíos?” ), y una foto de su escritorio:
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