Dublín está inmersa en una campaña sobre el tratado de Lisboa. Allá, el Parlamento votó a favor el pasado día 8 de mayo, pero deberán ser los ciudadanos irlandeses quienes podrán votar a favor o en contra del nuevo Tratado en el referéndum que se celebrará el 12 de junio. Todo un ejemplo de funcionamiento democrático. La ciudad está llena de carteles a favor y en contra de dicho tratado.
Por si faltaba poco, tiendas y calles se hacían eco, como si lectores del presente blog fueran, de la celebración del Día Mundial de la Hipertensión arterial. Paradas dónde se tomaba muestras de la presión/tensión, iniciativas para recaudar fondos, camisetas conmemorativas en tiendas como Boots (siempre compro en Boots las más diversas cosas) y un largo etcétera.
Pero si carteles sobre referèndums y sobre salud arterial no eran suficientes, siempre existe en Dublín la figura (muy estimada en este blog) del hombre-anuncio, muy extendida en esas latitudes.
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