El amigo Andreu Orte escribía recientemente en su blog un interesante post acerca del fenómeno del mileurismo y su relación con el precio de las viviendas, una vida digna, etc.

La provocación ha funcionado y los comentarios (propios y ajenos) no se han hecho esperar. Tanto es así, que he decidido reflejar aquí un bosquejo de un conjunto de reflexiones que expongo (y expondré, pero poco a poco) para mejor consideración vuestra.

Es habitual que la población se queje (nos quejemos) de los bajos sueldos que recibe. El motivo aducido, que con dichas cantidades no se puede hacer frente a un mínimo nivel de vida (términos, por supuesto, relativos).

Me extraña, sin embargo, que nadie o casi nadie aduzca como motivo de queja que la prestación que realiza a cambio de su sueldo/salario "vale" más de lo que recibe a final de mes. Para una empresa (o entidad) la razón de invertir 'x' en la contratación de 'Y' es que 'Y' va a producir (o ayudar a producir) muchos más 'x' de los 'x' que se le va a pagar.

Entonces, bajo este enfoque, ¿realmente todo aquel que se queja 'produce' o 'ayuda a producir' un número superior de 'x' a las 'x' que a la empresa/entidad le cuesta (y que sólo parcialmente él/ella cobra)?

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