Con sacrosantos principios (protección a los menores, por ejemplo) y algunas bienintencionadas voluntades, existe todo un movimiento que une y vincula en un mismo discurso censura, necesidad de mayor seguridad, una "nueva internet privada", en la que todo esté identificado y todo sea identificable y unas reglas homogéneas y claras.
No lo comparto, aunque mi principal motivo de oposición es la hipocresía al respecto, ya que tales iniciativas "controladoras" sólo tienen, en realidad, un único fin... un uso más comercial, tradicional y conservador de la Red.
Oposición, pues, hoy y todos los otros días del calendario, a la censura y a cualquier restricción innecesaria y desproporcionada en un ámbito mucho más libre de lo que a algunos les gustaría.
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