Cuando uno viaja a USA se somete al tradicional formulario de inmigración en el que constan preguntas tan surrealistas como si se tiene intención de cometer algún atentado o si se ha sido alguna vez miembro de una organización terrorista o si (entre marzo de 1933 y mayo de 1945) se trabajó para alguna unidad militar alemana, Nazi o las S.S. o con algún campo de exterminio.
La sensación que provocan tales preguntas (y conste que hay quien duda al contestarlas) es similar a la que puede ofrecer la publicación ayer en el Diario Oficial de la Unión Europea, C56/52, de una Comunicación.
En virtud de la misma se indica que Usamah bin Ladin, la red Al Qaida y los talibanes (y quienes estén en contacto) forman parte de una lista por la cual no sólo se les congela los fondos (no pueden 'tocar' su dinero) sino que tampoco se les puede suministrar ayuda o instrucción militar. Eso sí, si uno es una de esas personas de la lista (Usamah bin Ladin, 
Nótese lo listos que son en Bruselas y en la ONU.. no ponen una dirección de email... Así (supongo que piensan) o se viene en persona (y "te pillan") o se escribe (y claro, te pillan por la dirección del remitente).
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