Llego a casa destrozado, con ampollas en ambos pies, la nuca quemada y algunos síntomas de insolación (además de sueño y cansancio) después de 49 km (los 46 oficiales, más tres por perderme por ahí) en una marcha en la que he salido de Torrelles de Llobregat a las 6:25 (aprox.) y en la que habré estado unas 10h40m.
La idea: visitar 10 ermitas del Llobregat. Cada ermita está, como es previsible, en la cima de una montaña por lo que el tobogán de subidas/bajadas ha sido constante. Pero constante, constante y peligroso: el sol y la calor.
Al principio, bien. Pero una subida entre la tercera y cuarta ermita, empinadísima y muy técnica me ha puesto en serios aprietos y con ganas de abandonar.
Por supuesto, lo peor estaba por venir. Cuando llevaba unas 8 horas y el sol era ya fuerte, encaraba la penúltima ermita. Allá observo que compañero de club está en dificultades por rampas muy dolorosas, así que le acompaño hasta la novena ermita dónde, tras atenderle todo lo posible y esperando refuerzos sanitarios, todo el mundo me advierte que la subida a la décima es muy complicada.
Estaban en lo cierto. Ha sido muy dura, con muchísimo sol. Y la he hecho bastante asustado por el incidente que había visto con mi colega correcat, por lo que no he dudado en bajar mucho el ritmo (tampoco es que antes fuera muy rápido, claro) e incluso, tomarme un descanso de 20 minutos largos en un ‘refugio’ en medio de la subida.
Los últimos cinco kilómetros, eternos. Me habían dicho que serían en bajada (algo lógico, pues tocaba salir de la última ermita para volver a Torrelles), pero la bajada sólo ha sido al final-final, por lo que me desmoralizado mucho cuando no dejaba de ver (y sufrir) subida tras subida.
No están aún los tiempos de paso ni los resultados. Me consta que han habido muchísimos abandonos y es que, en mi opinión, ha sido una auténtica salvajada realizar esta prueba, máxime con este calor. Mi admiración suprema a cualquier finisher y ya no tengo calificativos para quienes lo han hecho en unos tiempos estratosféricos.
A la organización, un 10. Dispuestos, amables, un ejemplo a seguir para otras pruebas.
Eso sí, me he “perdido” tres veces: en un pueblo que no sé que nombre tiene, en Begues (divertido, cuando me reincorporo al “recorrido” unos sres. me dicen que me habían visto equivocarme y pasar se largo) y, por último, me he “perdido” cuando he querido llegar hasta la sexta ermita, sin acordarme que me habían enviado un email diciendo que se anulaba esa sexta ermita (se pasaba muy cerca, pero yo he intentado subir hasta ella).
Contento por haberla acabado, si bien hay que reconocer que cosas como estas exceden de mis posibilidades.
Queda pendiente: “colgar” algunas fotos tomadas, así como los detalles del crono. Lo segundo, todavía no está y para lo primero estoy demasiado cansado.
Felicitats "aventureru"
ResponderEliminarGràcies simpàtica !
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