Sucede una vez al año: el último viernes de septiembre ceno con los amigos y compañeros de la infancia, con aquellos con quienes pasé la educación básica (de 1º a 8º de la entonces llamada EGB), en el colegio San Pedro Claver.
Llevamos varios años organizándolo (esta ha sido la octava edición). Y tiene mucho mérito conseguir, pese a los avatares de la vida, reunir a 15/16 personas de media cada año con las que terminaste de estudiar ¡hace 25 años!
Aunque a algunos nos encontramos a lo largo del año, son muchos con los que el contacto real (más allá del facebookiano y, en esta edición, whatsappiano) lo mantenemos únicamente en esta fecha. Y cenar juntos es una excelente excusa para que te digan cómo van sus vidas, sus trabajos y familias, sus proyectos, sus libros y expediciones, sus viajes y sus empresas.
La cena ha sido en un sencillo restaurante en la zona del Born, dónde después hemos tomado unas copas.
Fue un placer y privilegio estudiar con ellos. Y que sigan ahí…. una pasada.
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