Hoy se celebra el “Día Mundial sin Alcohol”, una jornada que pretende ser útil en la concienciación acerca de una de las drogas más poderosas: el alcohol.
El lema de este año es “Depende de mi”. Y es un lema acertado, porque ciertamente el alcohol puede generar una dependencia que sólo puede ser evitada o superada con determinadas actitudes personales.
Igual que el año pasado critiqué la creación de talleres de cócteles (sin alcohol) como acto de ‘celebración’ de este “Día de”, tampoco creo que sea acertado el lema que utilizan para apoyar a algunos colectivos proclives al alcohol: “Un mal trago que se puede superar”. Sea como sea, los problemas que derivan del alcohol son mucho más numerosos de los que parecen:
(“Beber bebidas alcohólicas antes del embarazo puede provocar embarazos”)
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