Hoy (aunque algunas fuentes lo marcan en fecha de mañana), en Guatemala, se celebra el “Día de la No Violencia contra la Niñez” (llamado por algunos “Día Nacional de la no Violencia contra la Niñez y Adolescencia”), una jornada oficial (Decreto 37-2005) que tiene como objeto luchar contra una de las prácticas más abominables que se me ocurren: la violencia contra la infancia.
La jornada trae causa y recuerda (y de ahí la elección de la fecha) el triste suceso acontecido en 1990, en el que murió un niño llamado Nahamán Carmona López, cuando agentes de la Policía Nacional le sorprendieron dormido junto a un grupo de niños de la calle y los golpearon y a Nahamán Carmona, de 13 años, le pegaron tan gravemente que murió diez días más tarde. Sus lesiones incluyeron un hígado destrozado, hematomas severos en las cavidades abdominales y pélvicas, seis costillas fracturadas, dos dedos rotos y contusiones graves en setenta por ciento de su cuerpo.
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