Ayer por la mañana fui a buscar el dorsal para la carrera de hoy, en la Maquinista, la segunda edición de la “Cursa para la Integración”, en la que estaba apuntado en su versión de 10 km.
Sin embargo, tras la carrera de ayer noche en Terrassa, el posterior bailoteo y disfrute de su Fiesta Mayor (felicidades a sus habitantes, tienen una magnífica fiesta), y regreso a casa, levantarse hoy a las siete era demasiado y, como en otras ocasiones, al final no he ido a la carrera.
Además de un evidente estado de forma claramente mejorable, es posible que el cansancio se deba a una equivocada política de recuperación post-cursa. Me explico; hasta ahora, en todas las carreras de más de cinco kilómetros, suele haber un avituallamiento de agua durante la carrera y, al final, un poco más de agua o como ayer, agua y algún refresco (CocaCola) o Aquarius.
Está claro que los organizadores no están a la última de las “imparciales” investigaciones médicas, como las que hoy publica “El Periódico” (página 30).
Desde aquí solicito que en el kilómetro cinco pongan una cañita bien fresquita… las tapas, a la llegada en meta.
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