Y según Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, "La información podría tener efectos perversos".
No lo dice la Sra. Soleto acerca de "los manuales sobre cómo hacer una bomba", o los libros con "1001 métodos para suicidarse", o similares sino que lo dicea tenor de la controversia acerca de si es conveniente informar (y cómo) sobre los asesinatos de mujeres, habida cuenta de que está demostrada la existencia de comportamientos miméticos (nuevos sucesos en los días inmediatamente posteriores con un 'modus operandi' similar).
El fenómeno no es del todo nuevo. Alertas sanitarias, amenazas de bomba...cada cierto tiempo se plantea la conveniencia o no de ofrecer determinada información "al público" (esa masa descerabrada como suele ser considerada por algunos) en aras a minimizar la extensión de ciertos fenómenos.
(c) de Zé Oliveira. Buen blog en portugués.
Interesante tema que merece reflexión. No tengo duda de que, efectivamente, el ver en los telediarios determinadas noticias se puede estar contribuyendo a que los hechos, por la difusión, se reproduzcan o imiten. Pero, ¿alternativa?. ¿No informar?. ¿Volvemos a la época en qué determinadas noticias, mejor silenciadas y escondidas? ¿Y sobre qué temas sí y sobre qué temas no?. ¿Podrá un imputado exculparse [aún parcialmente] diciendo que la culpa fue de la tele? ¿Podrá imputarse a Antena3 u otros medios sensacionalistas como incitadores o cooperadores necesarios? O, desde otra perspectiva, ¿porqué no dejar de informar sobre las rebajas? ¿o el Bicing?
Creo que no hay que transigir. Y menos en base a argumentos falaces. Una cosa es la información (más o menos detallada, exacta y/o escabrosa -de ahí la importancia de elegir un buen medio de información, ya que, afortunadamente, opciones hay-) y otras cosa es la apología. No debe permitirse (al menos no en el sector público o regulado [concesiones de radio, televisión, etc.]) la apología de determinadas cosas (no seré yo quien diga cuáles). Pero sí puede y debe producirse una cumplida y adecuada información acerca de las mismas. Y la distinción no es tan difícil.
Por ello, lo realmente perverso no es la información inadecuada de algunos medios (ya que el daño eventualmente producido no es realmente intencionado, al menos no en los temas de violencia doméstica), sino que lo realmente malo malísimo es el comentario (y la ideología del que emana) de la Sra. Soleto ("La información podría tener efectos perversos"). Eso sí es perverso.
Zé Oliveira, en España se te aprecia......
ResponderEliminar