(post del día 02/3/2010)
Dado que la visita de ayer fue demasiado fugaz, vuelta a Akihabara para analizar en detalle esta zona.
En primer lugar, decir que no vale la pena llegar antes de las 11.00 para las compras. Aunque algunas tiendas parecen abrir antes, la mayoría no dejan entrar a clientes hasta dicha hora.
A la espera de las tiendas informático-tecnológicas, visita a los salones de juegos y máquinas recreativas. Tras la feria de Londres (aunque más vinculada al mundo de la apuesta y de la máquina “tragaperras”), uno no esperaba sorprenderse con la facilidad con la que lo he hecho. A destacar:
- sets de máquinas recreativas individuales que se agrupan para permitir jugar varias personas a juegos de combate, fútbol o similares.
- máquinas recreativas del Mahjongg (juego tradicional oriental, antecesor de los juegos de cartas, que aprendí a jugar hace muchos años gracias a mi abuelo materno).
- máquinas recreativas individuales para jugar en red a juegos de lucha y estratégica. Se trata de cabinas que simulan el interior de un robot “transformer” y que se controlan mediante mandos muy particulares. ¡Espectacular!
El tiempo no acompaña, por lo que se pasa más tiempo del preciso en las tiendas. Consecuencia: todo el día por la zona y con más compras de las previstas: algunos recuerdos, una tarjeta de memoria, una batería extra para mi cámara de fotos, algunas cosas extra (una algo rara que ya contaré con más detalle)…
La presencia de chicas muy particularmente ataviadas publicitando locales diversos es amplia y curiosa.
En Akihabara, a nivel informático, no vale la pena, en general, comprar nada que ya se pueda comprar en Occidente. Las diferencias de precio a favor, de existir, no son muchas. Sí vale la pena para comprar cosas que no están en Europa y que, tal vez, nunca lleguen a estar.
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