Menuda suerte hemos tenido.
Una vez más, un partido que se nos complica tras haber estado jugando a un nivel más aceptable. Afortunadamente, los Dioses estuvieron de nuestro lado y permitieron un gol postrero que ha significado que los tres puntos se queden en casa.
El Real Betis Balompié (cómo me gusta esta última palabra), cuando ha jugado, no lo ha hecho nada mal. Con un alto índice de efectividad, ha demostrado que puede jugar a la contra y de haber enfocado mejor la primera mitad o de haberse pitado penalty en una acción de Martín Cáceres sobre Sergio García, las cosas hubieran sido diferentes.
Tres puntos más, y esperando el derbi del sábado.
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